Todo fue noche
pero hoy has vuelto a hacerme sonreír,
subido en el barco que surca mis lágrimas,
asolado en él puerto de tus besos.
Tuve la obligación de marcharme y volver a empezar
dibujando en mi propio destino.
Tus labios de azúcar rebosan
en él abismo de la nostálgia.
Mundos de papel
en los que escribir versos,
notas de optimismo en mis pensamientos,
esconden el dolor que me corría mis entrañas .
Ataré mis venas sedientas de felicidad,
abordando el latir de mis deseos.
Quiero un futuro con sabor a presente,
para no perderlo todo.
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